Más libros, menos juguetes
Para este Día del Niño, Sumando Libros les propone reflexionar sobre uno de los más lindos regalos que un chico puede recibir en su día: un libro.
Muchas veces escuchamos decir que “los chicos ya no leen” o nos quejamos por la falta de interés por los libros, pero ¿nos planteamos si reciben el estímulo para hacerlo?, ¿hay libros a su alcance?, ¿ven a sus papás o abuelos leyendo?
La lectura es un hábito que los chicos necesitan ejercitar desde pequeños, y si esperamos que se conviertan en adolescentes y adultos lectores, es nuestra responsabilidad ayudarlos desde bebés, poniendo a su disposición el libro como un juguete más, un objeto de descubrimiento que despierte en ellos la misma curiosidad que un cubo de encastres o un instrumento musical. Somos nosotros quienes debemos enseñarles a usarlo y dedicar un momento de cada día para leerles, mostrarles las imágenes, imitar con ellos los sonidos y hacer representaciones de lo que vemos. Así, el bebé empieza a disfrutar desde sus primeros meses del placer de la lectura y de esos momentos especiales compartidos con mamá, papá, abuelos o tíos.
Hay libros para todas las edades. Desde los primeros meses podemos mostrarles y darles libros de tela, con colores llamativos, texturas y sonidos, para que se familiaricen con el formato de un libro. Alrededor del año, les podemos ofrecer libros de cartón grueso para que ellos manipulen, con imágenes sencillas de colores llamativos, o imágenes de objetos familiares o de animales que podamos jugar a imitar. Cerca de los dos años, incluso antes, podemos contarles historias cortas, acompañadas de imágenes (los libros que tienen no más de una oración por página son ideales).
A partir de los 3, ya podemos contarles cuentos un poco más extensos, e ir aumentando la complejidad de la historia a medida que mantienen más la atención. Los cuentos clásicos con ilustraciones pueden ser una buena opción. Cuando comiencen a leer solos (alrededor de los 5, 6 años) es conveniente elegir historias cortas, que despierten su interés.
Siempre es recomendable saber algo del libro que vamos a comprar, por recomendación de alguien, o por haberlo leído. Si bien los clásicos nunca fallan, hay libros modernos de muy buena calidad. No hay que perder de vista la calidad literaria, las ilustraciones ni las enseñanzas o valores que encierra el libro. Muchas veces conviene salir de lo “comercial” o de los libros de personajes de la televisión, que de alguna manera limitan la imaginación que pueden estimular otros libros.
Algunas recomendaciones por edad:
Para bebés: libros de tela con colores llamativos, sonidos y texturas. Hay mucha variedad, las marcas de juguetes suelen tener, por ejemplo, Fisher Price o Jollybaby.
Alrededor del año: libros de cartón, como la Colección Chiquita de Editorial Remolino, la Colección Descubre de Catapulta Editores, la colección de Mis pequeñas imágenes sonoras y Baby senses.
A partir de los dos años: sugerimos libros “álbum”, como No es una caja y P de papá o libros con historias breves y divertidas como Ay, hay un monstruo en mi cuarto o El cavaré de las hormigas.
A partir de 5 años (para leerles nosotros): Discurso del oso (Julio Cortázar), La hormiguita viajera (Constancio Vigil), Dailan Kifki (María Elena Walsh), Cosita Linda (Anthony Browne) o versiones de cuentos tradicionales.
Para los más grandecitos, dependiendo de los intereses, hay una innumerable cantidad de opciones. Acá van algunas sugerencias según nuestros gustos: Abuelas con Identidad, Enciclopedia de malos alumnos, El Principito, libros sobre mitos y leyendas de nuestro país…
¡Y la lista es infinita!
q buena idea,ojalá muchas mamás se prendan,también muchos niños y jovenes,y comprendan q solo leyendo libros se consigue ampliar el conocimiento,pensamiento,la reflexion,la opinion,el entendimiento,una forma de ser libres,no libertinos,desde ahora y para siempre.-
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